Cada vez que voy al baño, al salir hay un mundo de gente esperando para ser atendidos. Mi abuela desearía tener dos manos más y mi abuelo quisiera que su pantalón tuviera bolsillos más cómodos.
Entro al mostrador buscando a quién atender y escucho una conversación que se asemejaba a la de un teléfono descompuesto entre mi abuelo y un cliente turista que preguntaba el precio del agua mineral.
-Two, seventy-five?
-No, pero ésta tiene gas.
-Two, seventy-five?
-No, pero ésta tiene gas señor.
-Abuelo, te está preguntando si sale $2,75. Yer Sir. Two, seventy-five.
No hay comentarios:
Publicar un comentario