Centavos.

Recuerde una cosa:

Cuando quiera joder a su kiosquero por un par de centavos, sea consciente de que usted no es la única persona en el mundo. Acuérdese de que en el momento en el que usted tiene una idea "brillante", hay por lo menos 20 personas más en el mundo que están pensando en la misma brillante idea en ese preciso momento.
Piense, además, que no es muy original la idea de quedar debiendo un par de centavos para siempre, por lo tanto otras 50 personas más en el día (por lo menos) intentarán hacerlo. Y que mientras 50 personas van contentas por la vida sin pagar sus centavos, hay una sola persona que tiene que tragarse la bronca de 50 estafas por día (o por lo menos sus intentos).
Así que déjese de joder. Busque su bendita moneda y pague. Seamos todos felices.