viernes, 12 de febrero de 2010

La Ventaja de Ser Específicos.

(Año 199 y pico)
Un matrimonio jóven llegó al concesionario. Presentaron su idea de comprarse un auto y comentaron que tenían el dinero en efectivo para pagar. Por poco daban la sensación de jactarse de su capital.
El vendedor les mostró algunas opciones, pero a medida que les mostraba los modelos, cada vez exigían menos calidad y descendían con el perfíl del auto que querían.
De un Fiat Duna a un Fiat Uno y luego terminaron decidiéndose por un Vivace (no pedirle mucho a este auto). 
Tratando de mantener la postura, el hombre le preguntó al vendedor con cara de obviedad: 

- Pero viene con aire el auto, ¿no?
- ¡Por supuesto! - Contestó el vendedor con un sentido irónico.
- Bueno, lo llevamos.

Al irse el matrimonio, los demás vendedores empezaron a reirse de la avivada de su compañero.

- ¡Qué hijo de *$%@ que sos! ¿Cómo les vas a decir que venía con aire?
- ¡Claro! Tiene aire en las 4 ruedas...

[Yo le hubiera dicho: "Claro que viene con aire, no fabricamos autos al vacío"].

miércoles, 10 de febrero de 2010

Me Asusta La Falsedad

Ahora tengo que rendir por tercera vez la materia que me complicó la existencia por tanto tiempo, matemática, y estoy yendo a una profesora para asegurarme un "aprobado".
La mujer parece muy simpática, y yo desconfío de la gente demasiado simpática.
Las llamadas telefónicas que recibe durante clases confirmaron mi teoría acerca de la gente "dulce" que bordea con el empalagamiento. SON CARETAS. Al final no soy una desconfiada sin razón.

-¡Hola Pauli! ¿Cómo estás mi amor?... Sí, bueno... ahora estoy con alumnos, pero no importa. Decime qué necesitás corazón... Ajá, ajá, bueno... No hay problema, yo te lo consigo. No te preocupes, dulzura... Bueno mi amor. Besitos, besitos. - Cuelga y blanquea los ojos con expresión de exasperada. - ¡Ya me tienen harta!

¡Y ella me trata tan, pero tan bien que me da miedo!

lunes, 1 de febrero de 2010

Añorado Kiosco

A partir del viernes pasado dejé de trabajar en el kiosco. Ahora me tengo que concentrar en estudiar para salvar mi año, pero realmente extraño trabajar.
Extraño a la gente loca que viene a mi casa de 5 hs por día para plantearme dilemas indecifrables, extraño a las señoras extravagantes que compran cigarrillos carísimos para matarse con estilo, extraño a los turistas (a los judíos sobre todo. Son los más simpáticos), a los de la zapatería de al lado, a los del local de informática del frente, a las hermanas de la mercería que eran las únicas que comían facturas con membrillo y llevaban un "puchito", al pintor de la galería que me hablaba como si me conociera desde hace años, extraño al doctor despistado, a la depiladora, a las hermanas haitianas, a los pasaban caminando muy pensativos como si el mundo se situara en su cabeza, a los abuelos y a las abuelas, a los nenes caprichosos que exigían a sus papás que les compraran un chupetín de $8... en fin. Creo que extraño el fiel reflejo de la sociedad concentrada en 10 metros cuadrados (o quizás menos).

P.D.: A las que nunca voy a extrañar son a las yankis creidas e ignorantes que no saben hablar ni un poquito (muy poquito, no soy tan exigente)de castellano, y que se dirigen a mí como si Yo tuviera la obligación de saber Su idiota (perdón, quise decir Idioma) estando en Mí País.